sábado, 5 de julio de 2014

3x5+1 poemas



MI VECINA
 
A través del tabique,
que nos separaba
oía tus risas
Tu pasión
Sus promesas de amor
Sus besos
Su tos
Con el tiempo:
A través del tabique,
que nos separaba
Sentí tu miedo
Tus lloros
 Tus lágrimas
Tus lamentos
Su puño sobre tu cara
Sus amenazas
Sus maldiciones
Sus juramentos
Hasta aquel día
que dijiste basta
Si aquel día
Llamaste a la puerta de mi casa
Gemías
Llorabas
Temblabas
No por los golpes de tu cara
Sino por las heridas de tu alma
Y mientras te abrazabas a mi cuerpo
Buscando comprensión y consuelo
Entonces
A través del tabique
Que nos separaba
De nuevo
escuchamos
la voz  de tu amante
Rogando tu vuelta
Oímos
Una a una
Sus mentiras
                            Sus disculpas
                            Sus traiciones
                             Pero tú, ya
      No oías nada
habías dicho basta







Cuando el dolor

se hizo patente

en demasía

y…

mi cuerpo,

se rindió sin condiciones

a sus requerimientos

Entonces…

tus manos

se fundieron  con las mías

animándome

 

Cuando mi alma

le entregó el último bastión

vivo y sano de mi cuerpo

y…

ni drogas

ni calmantes

pudieron detenerlo

Cuando vomitando

entre las cuatro paredes

De aquel viejo retrete

Se me escapaba

la vida a borbotones

Entonces…

tus manos

sujetaron mi frente

consolándome

 

Cuando me abandonó

la dignidad

que todo hombre merece

y asustado,

 busqué consuelo en tu mirada

Entonces…

tus manos

se entrelazaron con las mías

relajándome

 

Cuando

la respiración

se volvió una pesada carga

y un último dolor

arrancó mi alma

Tú me miraste a los ojos

con firmeza

Y…

Entonces, tus manos

elevaron mi cabeza

para besarme

 

Cuando el tren partió

hacia ese destino

del que nadie vuelve

Entonces…

 Una de tus manos

Me lanzó un beso

La otra

se agitaba en el vacío

despidiéndome


Desde la cresta de una ola
Conocí el mundo
Luego, sin quererlo
descendí a los abismos,
y allí supe de otros nuevos:
el frío, la soledad y el miedo.
A ti, a él, a ella, a vosotros
Os conocí arriba
y os recordé abajo
Desesperado
 Levanté mis brazos pidiendo ayuda.
 No me tendisteis ninguna
Impasibles,
 seguisteis contemplando,
                     como desde el fondo de la ola
                                     Aterrado
  Buscaba miradas cómplices y amigas
Pero, cerrasteis los ojos
Nadie cruzó su mirada con la mía
Y a pesar de mis gritos de auxilio
Nada dijisteis
Sólo callasteis
Permanecisteis mudos
 Escondidos
En la cresta  de otra ola

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